La Concejalía de Urbanismo formula dos proyectos relacionados entre sí y que aportarán mayor seguridad para vecindario y crianzas en su acceso al colegio y al pabellón polideportivo municipal.
Los proyectos, ya adjudicados, actuarán sobre los tramos que conectan el paseo marítimo con la calle Real y esta misma vía con el CPI Las Mirandas. Entre los principales cambios, se instalará una plataforma única que eliminirá las diferencias entre calzada y aceras.
El Concello de Ares se sumará la una de las principales tendencias urbanísticas que están transformando la manera en que la ciudadanía se relaciona con el municipio en el que habita: recuperará espacio público dedicado a la movilidad a pie o en bicicleta por arriba del vehículo privado y favorecerá, además, un lugar seguro donde encontrarse, interactuar y acceder a edificios de interés para la comunidad aresán.
Así, con esta planificación sobre la mesa, el Ayuntamiento viene de licitar y adjudicar dos proyectos enmarcados nos objetivos de la Red Española de Ciudades Saludables (RECS). Se trata del denominado como Caminos escolares seguros”, unas propuestas de itinerarios que se ejecutarán en dos tramos del núcleo urbano de Ares y que acercarán una nueva visión de los pasos de cebra, la señalización y, sobre todo, la pavimentación.
El primer tramo abarcará desde la calle Solín, a la altura de la Avenida Saavedra Meneses (paseo marítimo) hasta la calle Real, vinculando dos de las arterias con mayor capacidad de renovación urbana en Ares. Después, se trabajará también en el tramo que une la calle Real con el CPI Las Mirandas, finalizando en el encuentro de la calle Celso Emilio Ferreiro y Maciñeiras.
El ELEMENTO MÁS TRANSFORMADOR: LA PLATAFORMA ÚNICA
En ambos trazados, se recoge una intervención que contará con un marcado carácter transformador en esta puesta en marcha de la peatonalización de itinerarios. La construcción de una plataforma única en los tramos que se señalaron anteriormente igualará las cuotas de las aceras y de la calzada para crear un espacio totalmente accesible, libre de barreras, y donde el viandante pueda transitar sin problemas.
Esta plataforma única contará con una gama cromática propia, empleando tonos terrizos y diferenciándose del resto de la pavimentación pública. Esta planificación de los colores responde al que Olimpia Marcos, concejala de Urbanismo, conceptualiza como “lenguaje urbanístico”. “Empleamos siempre ese color no solo para unificar estéticamente los equipamientos públicos, sino también para comunicar los espacios donde el caminante tiene prioridad. Es un lenguaje arquitectónico fundamental en la villa”, en palabras de Olimpia Marcos.
Mas también habrá otros elementos que contarán con su propia pintura, como es el caso de los pasos de cebra, con diferentes colores que llaman la atención de los conductores para reducir la siniestralidade. Emplearán pintura ecológica y se convertirán en otro de los trazos característicos y diferenciadores de las vías seguras y de predominancia del transeúnte.
Finalmente, los caminos escolares proponen la instalación de señalizaciones verticales que indiquen el itinerario #cara el colegio, haciendo que sea al mismo tiempo seguro y atractivo caminar de la casa al CPI Las Mirandas y promoviendo que los niños convergan en una misma calle; uno mismo lugar donde socializar y participar como ciudadanos de pleno derecho en el espacio público.
UN NUEVO LUGAR DE APARCAMIENTO: BESA Y ARRANCA!
Con el foco puesto más allá de la transformación de la movilidad, esta reciente adjudicación de los proyectos también implicará la inclusión del programa “Besa y arranca” en el entorno de influencia del CPI as Mirandas. La Concejalía de Urbanismo adaptará un espacio de aparcamiento que estará temporalmente limitado y que se destinará la familiares y escolares. Con esta medida, se creará un lugar seguro donde recoger y dejar a los menores durante lo proceso de llegada o salida, ayudando la regular el tráfico y reducir los atascos.
Sea cómo fuere, cada una de las actuaciones que se proyectan cuentan con una inversión próxima a los 50.000 euros, impuestos incluidos, asumidos entre fondos municipales y la Red Española de Ciudades Saludables (RECS).